Capítulo III. Galicia como fondo

06/03/2013 3.893 Palabras

(¡Oh, ciudad! ¡Oh, naranjal! ¡Oh, ceniza! Qué ovillo de seda u oro dispararte, qué lengua o en qué consuelo destruirte, qué tijera afilar, o silenciosamente volver a la dorada edad, y en las columnas clavarse con espadas y con hiedras).[1] Es ya casi una costumbre iniciar los estudios sobre Cunqueiro analizando el entronque regional de su obra: Baltasar Porcel[2]y Cristina de la Torre[3]entre otros, analizan las raíces gallegas presentes en su obra, e indudablemente estas existen. Como la profesora De la Torre apunta: Galicia es la base que integra el universo literario de Cunqueiro pero no a manera de provincianismo recalcitrante, sino en busca del aspecto eterno e intrahistórico de su patria, el «ser» que la universaliza y la hermana a la condición de la categoría humana. En esta misma línea se encuentra Anxo Tarrío: Donde muchos ven el absurdo o puras fantasías, no hay más que la manera de sentir gallega, la cosmovisión del hombre...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info